Ascenso y caída de Ad-Efesis II. La dinastía de los Massip

Como ya adelanté en un artículo anterior los catalanes fueron parte importante de todos los imperios de la antigüedad, teniendo la sociedad más adelantada de la época, tanto cultural como políticamente, no podía ser de otra forma. Les ofrezco aquí un relato desconocido por ninguneado, pero no por ello menos cierto, el primer y único faraón catalán, que inició y terminó la dinastía de los Massip.
Ya quedó claro anteriormente la relación mercantil, laboral y cultural que Cataluña y Egipto compartieron en la antigüedad, los segadores catalanes temporeaban en el delta del Nilo segando trigo para comerciar con él a lo largo y ancho del Mediterráneo. Enric Puigarnau era uno de esos temporeros, que, disfrutando de un baño en el Nilo durante uno de sus dos días de asueto (jornadas de ocho horas en cinco días laborables, los días de descanso debían ser correlativos por convenio, otra invención catalana ahora muy en boga...) fue atacado salvajemente por un cocodrilo doméstico, consiguió sobrevivir al ataque, pero quedó horriblemente desfigurado. El hecho fue presenciado por el faraón Ad-Efesis que quedó impresionado y tomándolo como una señal divina acogió a Enric bajo su protección, adoptándolo bajo el nombre de Merit-Sobek, el favorito de Sobek.
La vida en la corte enseñó a Enric a desenvolverse con naturalidad desde una posición de poder, pero lo que aprendió más rápido es que el Faraón es Dios y su delegado terrenal. De ser un mero favorito ascendió a consejero principal del faraón, éste, quizás sintiéndose cercano a Enric por su desafortunado accidente (Ad-Efesis I, nació como Totan-Pernil, pero una caída de un carro en su adolescencia le dejó desfigurado) le fue colmando de favores y prebendas, Gran Sacerdote, Gran Consejero, Gran Ministro...haciéndole blanco de burlas dada su escasa estatura, de modo que cuando el irrevocable hecho biológico alcanzó a Ad-Efesis, Merit Sobek no tuvo ningún problema en acceder al puesto de Faraón vacante pues no había descendientes vivos para ocuparlo.
Lo primero que hizo Merit-Sobek para legitimar su ascenso y el inicio de su dinastía fue cambiarse el nombre por Ad-Efesis II, lo siguiente fue emprender una serie de reformas tanto sociales como religiosas que transformaron el imperio. Instauró el culto obligatorio a Hermes, en detrimento del panteón autóctono (Hermes era el dios del comercio, aunque algunos lo asocian a los ladrones) y acometió una reestructuración a fondo del sistema comercial, favoreciendo a sus compatriotas ante cualquier monopolio fenicio o griego. El aumento de la presión fiscal comenzó a hacerle impopular, así como ciertos asuntos de presuntas irregularidades a la hora de manejar las finanzas tales como la fuga de capitales hacia Cataluña, o que sus hijos se paseasen por el imperio en carros escitas de importación con muchos caballos. Esto unido a la política de austeridad que impuso generó el germen de la rebelión, ayudada por los sacerdotes descontentos y por los comerciantes ciegos de avaricia que veían en Ad-Efesis II no un reformista moderno, si no un intruso oportunista con ansias de enriquecerse a su costa.
Por otro lado las maravillosas obras públicas egipcias se vieron paralizadas ante la insistencia del faraón de gravarlas con un tres por ciento del coste total, impuesto que se dirigía a la enseñanza obligatoria del catalán en todas las escuelas, generando a su vez descontento entre los sectores más retrógrados y oscurantistas de la población.
Por razones prácticas intentó hacer del catalán la lengua del imperio, la escritura era mucho más fácil y la gran mayoría de negocios se efectuaba con Cataluña, del mismo modo que la plana mayor del gobierno era de extracción catalana. Otro cambio que generó malestar, pero la explicación es fácil, los catalanes estaban mejor preparados paran asumir puestos de responsabilidad en la administración.
Todos estos cambios, tan seguidos y sin tener un beneficio a corto plazo, desembocaron en una revuelta general. Los egipcios en su miopía no podían apreciar que a la larga todo ello revertiría en el beneficio del imperio y por ende de la sociedad en general, por decirlo de alguna forma, se negaron a evolucionar y aferrándose a sus trasnochadas tradiciones y a sus antiguas costumbres se alzaron contra el que ellos creían un tirano extranjero, opresor y ladrón, cuando la verdad es que Ad-Efesis II les ofrecía la oportunidad de avanzar siglos a nivel evolutivo socialmente.
Antes de propiciar un baño de sangre, Ad-Efesis II se embarcó secretamente con rumbo a su Cataluña natal con 10 galeras cargadas con los tesoros que había reunido invirtiendo sabiamente la herencia de su padre adoptivo Ad-Efesis I.
Los egipcios borraron toda huella de él, en papiro o piedra, como pasaría después con Akhenaton el faraón hereje... quizás por ello es tan desconocida la historia del único representante de la dinastía de los Massip en el antiguo Egipto.

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Comentarios: 2
  • #1

    Turlusifuit (viernes, 11 diciembre 2015 15:54)

    Cri, cri, cri, cri, cri...

  • #2

    Turlusifuit (jueves, 18 febrero 2016 09:45)

    Cri, cri, cri, cri, cri... (cantaban los grishitos)