Cómo y por qué

Siempre he pensado que la política es el enemigo natural de la historia. Tener ideas partidistas afecta a la imparcialidad, de forma que objetividad y ecuanimidad pueden inconscientemente verse mermadas en beneficio de una opción u otra dependiendo del historiador y su subjetiva mirada.
Yo personalmente arrinconé hace años cualquier filiación partidista, ni soy de, ni creo en ninguna opción, me considero un cronista neutral, una mirada objetiva, un vigilante que otea el horizonte sobre el monte de la historia, en la cumbre de la verdad.
Dicho esto a modo de introducción, explicaré mi cercanía a ciertos poderes fácticos que gobiernan desde hace algún tiempo mi amado país: Cataluña.
Los primeros que se me acercaron que fueron de la CREC (Central Republicana Esquerrana i Catalana ) allá por los 80, por aquel entonces sólo eran un grupito de progres, que de vez en cuando me pagaban la Coca-Cola y la latita de berberechos dominical en el bar del barrio. A cambio yo les escribía algún artículo histórico, para que lo insertasen en cualquier diario marginal, repartido por las esquinas de la ciudad por okupas adoctrinados.
La verdad sea dicha, yo nunca solicité nada, mi natural ascético no me hace depositario de ningún vicio, si acaso, esa Coca-Cola y esos berberechos dominicales; la fuente del barrio saciaba mi sed y cubría mis necesidades higiénicas, y la generosidad del encargado del súper, que para no dañar mi orgullo depositaba su óbolo cada noche en el contenedor de la basura, saciaba mi hambre. Techo y cama son herencia de mis padres, tristemente desaparecidos. Aún conservo su escueta nota de suicidio, rogándome no seguirles en caso de que la desesperación me atenazase:
No aguantamos más, no nos busques, no nos sigas, nos vamos para ser felices...
Se supone que se ahogaron en la playa, aunque ni sus cuerpos ni su Mercedes fueron encontrados.
El tiempo pasó y la CREC fue adquiriendo relevancia política, y con ella sus demandas de artículos, opúsculos, monografías… en resumen material histórico que asentase y definiese una identidad nacional que existía de forma difuminada, oculta tras la opacidad histórica que la APMS había creado, pero de la que yo era aún ignorante.
A través de la CREC conocí a la UCI (Unió de Catalans Independentistas) y comencé a trabajar para ellos también, poco a poco fueron ganando peso político, y sus peticiones puntuales devinieron en un constante goteo de proyectos, tesis, artículos etc... que fue creciendo hasta ser un torrente que ocupaba todo mi tiempo, de forma que una vez que se consolidó un gobierno por y para los catalanes, formado por ellos, convenimos en crear un instituto de estudios históricos que se dedicase a desenmarañar la madeja de la historia, que se nos aparece hoy por hoy tan liada, tan intrincada, que resulta obvio el empeño de alguna poderosa fuerza por ocultar la auténtica realidad de los hechos.
Por aquel entonces mi condición médica no existía, las telecomunicaciones estaban en la noche de los tiempos, y si bien sentía algún malestar, no me impedía desarrollar una vida "normal", pero como está escrito: “no hay mal que por bien no venga”, y una vez que mi enfermedad se desarrolló en toda su magnitud no tuve más camino que buscar opciones y, a la larga, aprovechar cualquiera de las oportunidades que mi propia condición tuviese a bien otorgarme. Así me di cuenta de la facilidad que tenía para, por ejemplo, consultar la partida del seguro, la salida y llegada a puerto o naufragio, ataque de piratas o cualquier otra incidencia acaecida a todos los barcos asegurados en el Lloyds, la primera aseguradora náutica.
Con el pasar del tiempo, unas más y otras menos, casi todas las bibliotecas, universidades, cenáculos de saber, bastiones de sabiduría y en general todo quisqui, digitalizó sus existencias, de forma que para cualquier persona, sea profano o no, resulta fácil adquirir cualquier información que le interese.
Todas estas explicaciones las expongo al albur del giro tomado por los últimos acontecimientos y ya publicados en este diario... no quisiera por nada del mundo que tanto mis investigaciones como mi parecer personal fuesen tergiversados o de cualquier forma utilizados de forma equivocada. Sólo me arrepiento de una cosa; no escribir en mi lengua, el catalán, pero cuando lo que se busca es extender la verdad, lo mejor es hacerlo en un idioma que llegue a la máxima cantidad de receptores, y teniendo en cuenta que mis capacidades lingüísticas sólo abarcan el catalán, español, latín, griego clásico, xhosa, caldeo, arameo y los dialectos igluligmiut y aivilingmiut del inuit, decidí sembrar la verdadera historia en español, convencido de que alguien habrá que sepa ver la luz de la verdad aunque sea en la oscuridad de una lengua impuesta.

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Comentarios: 1
  • #1

    Ario de otro costal (domingo, 26 julio 2015 20:10)

    Hoy he tenido noticia de que se ha confirmado lo que ya sospechaba: los genes catalanes son distintos de los españoles. A la espera de que se confirme mi otra sospecha de que además son infinitamente más evolucionados ¿podría iluminarme su ciencia sobre este extremo?